La virulencia de un agente patógeno depende de:
a) Las propiedades inherentes al propio microorganismo.
- En algunos casos el microbio produce en el enfermo toxinas o sustancias venenosas para determinadas células del hésped. Esta toxina puede detectarse en la sangre del enfermo, hablándose entonces de toxemia.
- En otros casos, la enfermedad no se adquiere por toxinas sintetizadas por microbios en el organismo humano, sino por la ingestion de alimentos contaminados con toxinas
- Otras veces no se producen toxinas, pero sí alteraciones fisiológicas y metabólicas variables según la enfermedad infecciosa, y que se manifiestan con unos síntomas determinados.
- La virulencia de algunos microorganismos se debe a determinadas enzimas que favorecen la capacidad de penetración. Así por ejemplo, la colagenasa destruye el colágeno de la piel, huesos, cartílagos o músculos. La lecitinasa provoca la lisis de los eritrocitos, y la coagulasa activa el proceso de coagulación de la sangre; todas estas acciones favorecen directa o indirectamente la expansión del agente patógeno en el huésped.
b) La respuesta inmunitaria de nuestro organismo.